Por: Juan Terrero Pérez
Todos en la República Dominicana reconocemos el temple que ha exhibido el doctor Virgilio Bello Rosa, un hombre que fue capaz de renunciarle al presidente Hipólito Mejía Domínguez de la Procuraduría General de la República, uno de los más alto cargo del Ministerio Pública y la Judicatura Nacional.
Bello Rosa le renunció a Hipólito Mejía cuando intentó, desde la Procuraduría, encaminar un expediente de corrupción contra el ex presidente Leonel Fernández. Pero Bello Rosa, fue además, uno de los hombres de confianza del extinto líder indiscutible del PRD, José Francisco Peña Gómez.
¿Y por qué decimos que Virgilio Bello Rosa sorprendió a muchos? Bueno... el doctor Bello Rosa acaba de integrarse al PRD que maneja a sus antojos el ingeniero Miguel Vargas Maldonado, y en el curso del acto en que fue recibido por el presidente inorgánico del PRD, el depurado jurista se destapo con estas declaraciones.
Según los medios de comunicación, el doctor Bello Rosa informó que "se incorporaba al PRD por el ambiente de orden, unidad y disciplina que se respira en el partido, debido a los esfuerzos de su presidente Miguel Vargas".
Conocemos hace años al doctor Bello Rosa, y sabemos que es un hombre (o era) de profundas convicciones democráticas. Durante años lo vimos defender ardorosamente los derechos de los perredéistas desde sus funciones de delegado del PRD ante la Junta Central Electoral (JCE), pero también en los tribunales de la República, cuando durante los fatídicos doce años de gobierno del doctor Joaquín Balaguer, dirigentes y militantes del PRD eran acusados de distintos hechos, por sólo ser contrarios al régimen balaguerista.
Entonces, un hombre de las convicciones y trayectorias democráticas como Virgilio Bello Rosa no debería salir ahora ponderando las actitudes arrogantes y negadoras de los derechos de los perredéistas que ha asumido el ingeniero Vargas Maldonado, quien rompiendo todos los parámetros de convivencia pacífica, no logró montar una convención democrática en el PRD, sino que como un hombre de horca y cuchillo, dejó fuera de ese partido a todos el que creyó no simpatizaba con su proyecto.
Ahora bien, el orden que ha logrado Miguel Vargas a fuerza de dispararle a militantes y dirigentes perredéistas, ¿es el orden y disciplina que debe imperar en un partido político en esta época de la globalización y la tecnología? No Virgilio Bello Rosa, usted más que nosotros conoce como el doctor Peña Gómez manejó por décadas el Partido Revolucionario Dominicana, de forma tal que grupos beligerantes podrían cohabitar, no como ahora que sólo habita el grupo de Miguel Vargas.
Más que orden, unidad y disciplina, el ingeniero Miguel Vargas Maldonado ha instaurado una dictadura en el Partido Revolucionario Dominicano.
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