miércoles, 16 de diciembre de 2015

Editorial del Listín Diario: Una tragedia que nos ha conmocionado


La sociedad ha quedado estremecida por la triple tragedia que terminó con la vida del alcalde de Santo Domingo Este, Juan de los Santos, un hombre que ganó popularidad y simpatía por su eficiente gestión de los asuntos de esa municipalidad y por sus obras sociales.

Lo que más asombra es que el autor de los disparos, que también mató al guardaespaldas del alcalde y posteriormente se suicidó, había disfrutado de la plena confianza de su víctima, siendo favorecido con trabajos y contratos en su condición de ingeniero hasta que, por causa de un conflicto de dinero y soslayando todas las deudas de gratitud, se lanzó a su aventura criminal sin miramientos.
Imagen para ilustrar 

Cuando el tiempo de los favores terminó, ahí mismo murió la lealtad y el sentido del agradecimiento, algo muy común-pero inexplicable- en el esquema de las relaciones humanas.

Testigos del suceso, conocidos del alcalde De los Santos y de su victimario, afirman que entre ambos había existido una relación casi de padre a hijo, y tal vez por esa percepción ninguno de los que asistían a un encuentro navideño en la sede de la Federación Dominicana de Municipios, de la cual el malogrado funcionario era presidente, podría olfatear el olor de la inminente tragedia.

Hoy, las familias de los tres fallecidos, compuestas por parejas jóvenes y niños, están destruidas, desconsoladas, aturdidas por este desenlace. Y así también está la sociedad, conmovida en estos días por otros homicidios desatados por odios, celos, frustraciones, resentimientos y reacciones iracundas, propias de espíritus intolerantes, carentes de la más mínima pizca de razón.

Ayer mismo, por un leve incidente de tránsito, un conductor prepotente mató de dos disparos en una calle de Santiago al padre de la exMiss Universo dominicana, y de igual manera otros gatillos alegres han terminado con la existencia de muchos dominicanos por cuestiones intrascendentes, lo que significa que la vida aquí está más que devaluada.

El asesinato de Juan de los Santos, más conocido en el ámbito del negocio de lotería como Juancito Sport, es otra marca lúgubre en este cuadro de matanzas que impactan y sobrecogen los corazones de todos los dominicanos, especialmente en este tiempo de Navidad en que se apuesta a la alegría, a la solidaridad y a la confraternidad, al perdón, la tolerancia y la indulgencia, provocadas por insensatos e iracundos que han venido a aguarnos la fiesta de la paz y la tranquilidad con sus malvados actos.

Profundamente apenados, trasmitimos nuestras condolencias a las familias impactadas por la triple tragedia, y esperamos que Dios les ofrezca los consuelos necesarios en estos inesperados momentos de tristeza, luto y dolor.

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