Por: Tony Pina
El fin de semana hice un inventario de mis bienes. No sé, observando cómo actúan los que pregonan que están salvos, me puse a reflexionar; y en realidad, después de mucho pensar llegué a la conclusión de que tengo mucho y no tengo nada.
La vida es así, todo depende del concepto del valor que cada quien le dé a las cosas. Hay quienes saben mucho porque tienen la virtud de saber contar, otros hemos sido siempre unos tarados, porque nunca aprendimos a contar.
Para gracia o desgracia mía tampoco nací en Baní y jamás tuve madera de comerciante. Es muy doloroso ser comerciante. Se pasa mucha hambre para acumular riqueza material.
Piénselo, y asentirá.
Sin embargo, de las pocas cosas que tengo, como dice Ricardo Arjona, lo poco que tengo me hace feliz. Por ejemplo, "tengo la noticia de que nada es noticia y todo me importa nada", pero tengo otras cosas más: "un aguacero para mi verano, una ola para surfear, una sombra que me sigue donde quiera que voy y dos pies para caminar".
El que tenga más, amén; pero recuerde, tenga mucho, tenga poco o no tenga nada: ¡Nada material nos sirve para pasarnos de listos y colarnos en el Juicio Final!
Fuente: Facebook/Tony Pina
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