jueves, 11 de febrero de 2016

Secuelas de una violación sexual

Un suspiro profundo dio inicio a su relato. Aquella noche de septiembre un hombre a quien solo pudo ver la tez oscura, seis pies de estatura y fuerte, le arrebató su inspiración por la vida. Desde hace cinco meses, el comer es fortuito y el dormir inusual.

Eran las 8:30 de la noche, cuando la joven de 18 años salía de su clase de Física Básica. Se disponía regresar a su casa y mientras caminaba escuchó el silbato de una persona e intentó agilizar su caminar. No había pasado un minuto cuando de repente sintió que le apuntaban con una pistola por la espalda.

“Me dijo: camina, no voltees, ni grites, si lo haces te voy a explotar”, relata la estudiante de medicina entre lágrimas.

En el momento, no supo si correr o gritar. Solo recuerda que sintió escalofríos y que dentro de su aturdimiento accedió a lo que aquel individuo le dijo para proteger su vida.

Desde el lateral de la Facultad de Ingeniería próximo a la cancha de béisbol donde se encontraba en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), caminó junto al desconocido hasta llegar al área oscura por donde imparten los talleres de arte y “la violó”.

“No pude verle el rostro, porque me advirtió que si lo hacía me mataba. Cuando concluyó me dijo que me dejaba viva porque yo tenía futuro y era un angelito muy lindo y se fue. Al rato me levanté, me arreglé y me fui a mi casa”, argumentó la estudiante residente en Villa Liberación, Santo Domingo Este. Su voz denota no solo la ternura de su edad sino la tristeza que siente.

“Toda mujer tiene un ritmo diferente para superar el trauma. Depende de su autoestima, de la frecuencia con que fue violentada, que el abuso sexual se combine con una patología adicional, a veces se complica con un estrés postraumático, un trastorno de ansiedad, a otras con depresión, o sea, no hay un tiempo establecido para la recuperación”, especificó el psicólogo Luis Vergés.
Al llegar a su residencia, no comentó a su madre, ni hermanos, lo sucedido. Hizo la denuncia dos meses después cuando tuvo valor de hablar de su caso a los familiares.

“Ella entró en una crisis pero no me quería decir lo que le pasaba. Yo sabía que su comportamiento no era normal”, manifestó la madre de la joven.

Desde aquel acontecimiento, la chica dice que no ha podido regresar a la universidad pues tiene miedo de volver a enfrentar algo similar.

Ambas piden a las autoridades universitarias y policiales, investigar el caso para evitar que el sujeto continúe abusando de las estudiantes del referido campus universitario.

En 2015, se produjeron 1, 275 denuncias de violación sexual en las distintas fiscalías a nivel nacional, siendo solo 156 menos que el año pasado. Sin embargo, “las cifras negras de las personas que no denuncian es mayor que los que denuncian porque el delito de violación se relacionó a los tabús dominicanos, es una cuestión de moral”, destaca la encargada de la Unidad de Violencia de la Fiscalía del Distrito Nacional, la magistrada Nancy Abreu Mejía. 


Perfil de un violador

En un violador sexual existe un perfil sicosocial que es una combinación de aspectos sociales que han influido negativamente en la manera en que estas personas ven y se relacionan con los demás.

Conforme al psicólogo Luis Vergés, una de las variables más importantes son los aspectos vividos durante la infancia, pues gran parte de los violadores fueron abusados tanto física como sexualmente en su niñez. Por lo general, son episodios que se dan entre los seis y 14 años.

“Esto provoca una especie de insensibilidad por el otro, porque viene el segundo aspecto del perfil que es una baja empatía por las víctimas. Tienden a objetivar a las personas y solo verla en función de su posible gratificación y satisfacción de su placer inmediato”, subrayó Vergés.

Por lo general, abusan de personas de menor edad que no saben defenderse. Algunos padecen parafilia, que es un trastorno sexual donde estas personas no se excitan si no es sobre la base de imponer su conducta sobre otras personas en base a la violencia. Rara vez sienten arrepentimiento.

Conozca la edad, sexo y lugar que prefiere un violador

En los datos que la Procuraduría General de la República ofrece, hay 761 mujeres que sufrieron agresión sexual en 2015 y 165 hombres. Entre 13 y 16 años, se encuentran las principales víctimas, seguida del grupo de 9 a 12 años y en tercer lugar, los de 17 a 20 años.

Las provincias Duarte, San Cristóbal y Espaillat, son las tres demarcaciones donde se producen con mayor frecuencia estos hechos. Los moteles y los solares baldíos, son los lugares preferidos para producir la agresión sexual.


Fuente: Diario Libre. Com

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