Nuestra sociedad ha transcurrido al paso de los años por
procesos y cambios en los que han mejorado y desmeritado los valores de las
familias.
Retrocediendo tres (3) décadas, verificamos cuales eran los
perfiles y las conductas de las familias de esos tiempos y observamos que los
hogares eran más vulnerables materialmente (equipos, tecnología, ajuares,
vestimenta, acceso a la web, etcétera), pero el amor y el respeto primaba en cada hogar.
La crianza de las familias de esos tiempos se basaba en la
solidaridad, el amor, el respeto, la honradez, la creencia en Dios, la responsabilidad y el
patriotismo; que son los protagonistas de entregar a la sociedad hombres y
mujeres con cualidades y calidad para la convivencia de unos con otros, dignos
y dignas de orgullo para los padres, familiares, comunidad, país, el mundo.
Sin
embargo, que es lo que pasa con la generación hoy en día que el respeto a los
demás no es vital, donde la vanidad, la indiferencia al dolor ajeno, la
envidia, y la codicia está creando monstruos a los que a veces no podemos
controlar.
¿ Es esto lo que en realidad queremos ? O se nos está
escapando de las manos el control de educar nuestros vástagos; por ser tan
permisivos les estamos haciendo daño, o es que la evolución de los tiempos nos
está conllevando a criar de esa manera “ Sin valores “.
Por lo tanto, debemos analizar cuál es nuestra proyección
como padres; si con nuestro proceder les ayudamos o desayudamos y que tanto nos
afectara criar niños y niñas mal criados para convertirlos en jóvenes que
valoren la vida, los sacrificios, y las victorias logrados con principios y
esfuerzos.
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