miércoles, 15 de febrero de 2017

Develado el contubernio entre cúpulas de los partidos


Por : Juan Terrero Pérez

Originalmente titulamos este trabajo: “Así si es bueno; en la oposición y en el Gobierno”, pero decidimos cambiarlo por el epígrafe que lo encabeza.

En mitad del período gubernamental denominado “De los Doce Años”, que encabezó el déspota ilustrado, doctor Joaquín Balaguer, propuso a la dirigencia del Partido Revolucionario Dominicano, liderado aún por el profesor Juan Bosch, que dirigentes de esa organización entraran a ocupar altos cargos en su Gobierno.

Hubo en la época, serias divergencias e inconvenientes para aceptar la propuesta del caudillo reformista, no obstante, dos altos dirigentes del PRD entraron al tren gubernamental balaguerista, en la persona de don José Antonio Brea Peña, quien a la sazón era un importante radiodifusor y comerciante, y el también hombre de negocios, Antonio Martínez Francisco, quienes pasaron a ocupar ministerios de Estado.

Pero antes de producirse los decretos para estas designaciones hubo la necesidad de una autorización o permiso del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRD.

Ahora la política se ha vuelto tan chapucera y existen tantas personas desvergonzadas que parece que en los partidos cada alto dirigente, negocia en sus propios beneficios por encima de los organismos o con autorizaciones subrepticias.

Los casos más recientes salidos a la luz pública son los nombramientos de tres altos dirigentes del Partido Revolucionario Moderno (PRM), que ocupan cargos de asesorías devengando altos salarios en la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales(CDEEE).

No recordamos que los señores Ramón Alburquerque, César Sánchez y el ingeniero Robles hayan sido autorizados por algún organismo del PRM para poder tener acceso a esos puestos estatales.

Estamos en presencia de un irrespeto más a la militancia y dirigencia media de ese partido, y al país en su conjunto también. Eso es realmente un relajo.

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