Por : Juan Terrero Pérez
Originalmente titulamos este trabajo: “Así si es bueno;
en la oposición y en el Gobierno”, pero decidimos cambiarlo por el epígrafe que
lo encabeza.
En mitad del período gubernamental denominado “De los
Doce Años”, que encabezó el déspota ilustrado, doctor Joaquín Balaguer, propuso
a la dirigencia del Partido Revolucionario Dominicano, liderado aún por el
profesor Juan Bosch, que dirigentes de esa organización entraran a ocupar altos
cargos en su Gobierno.
Hubo en la época, serias divergencias e inconvenientes
para aceptar la propuesta del caudillo reformista, no obstante, dos altos
dirigentes del PRD entraron al tren gubernamental balaguerista, en la persona
de don José Antonio Brea Peña, quien a la sazón era un importante radiodifusor
y comerciante, y el también hombre de negocios, Antonio Martínez Francisco,
quienes pasaron a ocupar ministerios de Estado.
Pero antes de producirse los decretos para estas
designaciones hubo la necesidad de una autorización o permiso del Comité
Ejecutivo Nacional (CEN) del PRD.
Ahora la política se ha vuelto tan chapucera y existen
tantas personas desvergonzadas que parece que en los partidos cada alto
dirigente, negocia en sus propios beneficios por encima de los organismos o con
autorizaciones subrepticias.
Los casos más recientes salidos a la luz pública son los
nombramientos de tres altos dirigentes del Partido Revolucionario Moderno
(PRM), que ocupan cargos de asesorías devengando altos salarios en la
Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales(CDEEE).
No recordamos que los señores Ramón Alburquerque, César
Sánchez y el ingeniero Robles hayan sido autorizados por algún organismo del
PRM para poder tener acceso a esos puestos estatales.
Estamos en presencia de un irrespeto más a la militancia
y dirigencia media de ese partido, y al país en su conjunto también. Eso es
realmente un relajo.
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