martes, 24 de julio de 2018

Acoso laboral "Un mal que afecta a nuestras mujeres"

Por: Jocelyn Peña



A propósito  del caso de la Sargento Mayor encontrada muerta en el Baño de la Embajada de EEUU.

En un mundo dominado por el sexo masculino, donde las mujeres aun luchan por un trato igualitario y donde la reproducción femenina es controlada la iglesia… no nos puede sorprender el tema del acoso sexual en las diferentes instancias laborales en nuestra bella, pero poca avanzada Republica Dominicana.

El acoso laboral es un fenómeno que afecta principalmente a las mujeres, sin importar la clase social y ocasiona el desmoronamiento del equilibrio mental de la víctima, ocasionando a corto y largo plazo trastornos del sueño, desajuste del sistema nervioso, cansancio, debilidad, fatiga, estrés, perdida de la memoria, irritabilidad, crisis nerviosa y depresión.

El acoso laboral puede conllevar desde ofensas, presiones, amenazas, humillaciones, descalificación, discriminación, falsos rumores, aislamiento del grupo de trabajo, asignación de tareas rutinarias por debajo o por encima de sus posibilidades, asignar objetivos o proyectos inalcanzables, bloqueo de iniciativas, falta de reconocimiento al trabajo realizado y conducta persistente con el fin de acabar con la resistencia psicológica de la víctima.

Según la Organización Internacional del Trabajo 1 de cada 10 trabajadores es víctima de acoso laboral en el mundo y el 75% de los casos son mujeres.

El lamentable caso ocurrido la semana pasada con la Sargento Mayor miembro de la Policía Nacional adscrita a la DIGESET Any Montero Montero donde fue encontrada muerta en un hecho aún no esclarecido, muestra según el hermano de la hoy occisa Kelvin Montero Montero un posible caso en su nivel más extremo de acoso laboral.

En países como el nuestro dominado aun por una cultura patriarcal con poco desarrollo educacional en cuanto a derechos humanos, es frecuente encontrarse casos que sobreabundan en el en el mundo laboral. El acoso laboral sexual es soportado a diario en silencio por sus víctimas presionadas por la misma miseria económica y un sistema judicial deficiente.

La denuncia realizada por Kelvin Montero, hermano de la Sargento Mayor Montero hoy muerta, deja al descubierto un flagelo latente que afecta a miles de trabajadoras dominicanas que sufren en silencio y callan porque la sociedad misma se encarga de enjuiciarlas siendo ellas las víctimas.

Este es el momento en que la institución para la cual la Sargento Mayor laboraba hacía más de 10 años, ´´ no sepa cuál era su supervisor´´ según declaraciones hechas por la misma institución del orden, dejando abierta la brecha para que el pueblo dominicano sea quien saque sus propias conclusiones del hecho y se propague masivamente el mensaje de que el acoso laboral en contra de nuestras mujeres es real y es oficial.

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