Hace una semana más o menos me había soñado que me atracaron con una arma blanca, mientras el antisocial trataba de darme una puñalada, logré escapar. Dirán ustedes eso es una realidad que viven dominicanos a diarios fruto de la inseguridad ciudadana.
Un término muy de moda "inseguridad ciudadana" ese flagelo que nos dice en el rostro lo vulnerable que somos frente a "personas" que han elegido la delincuencia como modo de vida,donde andan sin miedo y dispuesto a todo.
Ayer alrededor de las 12 del mediodía venía desde el kilómetro nueve hacia mi sector, recuerdo que me sentía extremadamente cansada por las diversas actividades que me han tocado montar más las complicaciones del día a día. Cuando llegó al punto de la avenida Las Palmas esquina calle 4, siento que suena el celular, sólo me tomó sacar el aparato, ponerlo frente a mi a medio cuerpo para que un joven de color negro, llegara hasta mi y como si fuera dueño absoluto de lo que me costó mi sudor.
Para los que creen en la mística, les cuento que llevaba un aura cargada, quizás fue lo que más impactó lo que refleja su espíritu, como dirían los cristianos andaba con espíritus de muerte encima. Lo sentí y lo viví así. Cuando salgo del asombro de no verme con mi celular en la mano,sólo atino a decir "Hey devuelveme mi celular que es mi herramientas de trabajo" . Que inocente fui, aunque uno cree que todo el mundo tiene el mismo corazón. Pero no era asunto de juego de niños ni de una maldad color rosa, sino más bien el producto de la miseria y los vicios.
Corrí detrás del delincuente vociferando "Un ladron,un ladron" mientras lloraba de impotencia. Los motoristas de la calle 4 al ver el atraco trataron de calmarme, mientras lo perseguían, y yo también (si muchos me han dicho que no debí hacer eso,pero el momento me impulso a hacerlo), un señor me llevó hasta el negocio de la madre del joven que corría con mi celular y por su vida, no se a cual se aferró más. Las Palmas entera acudió al lugar donde la madre se lavaba las manos sobre cualquier responsabilidad, al grado de decir que si es por ella que lo "mataran". Se notaba cansada de la situación y en cierto punto indiferente al hecho.
Llame a la policía,esta me refiero al 9-1-1 y ellos luego dijeron que llamara a la policía. ¿Alguien puede explicarme esa jodia cadena? Al fin que solté el tema por esa via. Mientras los muchachos del barrio estaban en cacería con el "menor" que me había cambiado el día de cansancio en pavor,miedo y horror. Mi mente sólo quería que me ayudaran, me comunique con amigos que me asistieron e hicieron los contactos con la policía nacional y la Comandancia de Buenos Aires.
A la hora y media el celular caminó de varias manos hasta llegar al destacamento de Buenos Aires donde pasamos a recogerlo y levantar una denuncia formal e identificar a un joven que tomó la decisión de delinquir mientras el ejemplo que vio en su madre es la del trabajo en un puesto de comida. Dios pueda iluminarlo y que se de cuenta que esta mal y terminará mal. Ahhh anda en la calle, no fue agarrado.
Mi agradecimiento a Dios por cuidarme porque muchos no son capaces de vivir para contarlo y menos si enfrenta a sus agresores o lo persigue como en mi caso que entre por zonas que en mi vida pensé hacerlo, luego a Jeduar Reyes porque fue un gran soporte por igual Ernesto Rodríguez y doña Austria Amparo, a la comunidad que se conmovió frente a mi situación y a la Comandancia de Buenos Aires por su diligencia y su atenciones.
Mi consejo es que andemos con precaución, no pongamos la carne fácil delante de personas con hambre y mala maña, no hay necesidad de responder un celular o un mensaje en la calle, que todo el mundo espere hasta que puedas hacerlo. Y pedirle a Dios su protección en este sistema podrido, que actúa a favor de la delincuencia,porque el joven que me atraco hacia semana que estuvo preso pero aún así estaba en la calle haciendo daño a una persona que lo único que hace es trabajar honradamente.
Por más mesas de seguridad que se haga y las autoridades "trabajen" el problema comienza en la casa, en el hogar.