lunes, 12 de agosto de 2019

El morbo con los atletas pobres

Por:Osvaldo Rodríguez Suncar


En nuestros países del tercer mundo, lamentablemente, hay mucha gente que vive en condiciones infrahumanas. Otros, sin llegar a esa condición, muy pobremente. De entre unos y otros grupos surgen y han surgido siempre grandes atletas. Siempre ha sido así y seguirá siendo así.

Me identifico con quienes reclaman que a los atletas nuestros, aun aquellos que todavía no llegan a la grandeza, el Estado les proporcione facilidades para llevar una vida decorosa, con el mínimo de sus necesidades materiales satisfechas.

Pero mi clamor va más allá de los atletas, grandes o no. Así, de condiciones mínimas de subsistencia decorosa, deberían ser dotados todos los dominicanos, lo cual sabemos, que como país pobre, no podemos hacer, por ahora. Aunque debemos seguir luchando para mediante un proceso de superación, nuestro pueblo alcance ese nivel de vida que merece todo ser humano.

Conocida y admitida esa lamentable realidad, pongamos las cosas en su justa dimensión.

Tiene un propósito morboso, panfletario, y a veces hasta calumnioso y siempre humillante el presentar atletas ganadores de medallas en competencias internacionales, representando al país, en las casuchas desvencijadas donde se han criado.

Fíjense que escribo donde se han criado. Y es que resulta que ha habido casos de algunos de esos atletas, como la judoka Estefania Soriano, quienes ya no viven en esas casas, al haberles dotado el Gobierno, sin importar cual sea, de una vivienda decorosa.

Por otra parte, hay casos de esos atletas, que acaban de ganar una medalla (de oro, de plata, de bronce) por primera vez en su carrera. Eso quiere decir que es la primera vez que hacen algo grande.

Es conocido que desde hace muchos años ya, desde el último período de gobierno de Joaquín Balaguer conocido como los 10 Años, a varios de los atletas medallistas, el Estado les ha proporcionado casas y otras facilidades de vida.

Esa práctica se incrementó a partir del primer período de Gobierno del Dr. Leonel Fernández, y se siguió en todos los otros períodos presidenciales que sucedieron a ese, incluyendo el actual, del Lic. Danilo Medina.

Hoy día,  el atleta dominicano alcanza un gran logro, lo cual lo convierte en gran atleta, y poco después de eso recibe una recompensa material de parte del Gobierno. No importa que estamos hablando de en muchos casos de atletas profesionales.

Si sabemos eso, ¿Por qué entonces queremos mostrar morbosamente las imágenes de atletas, que apenas acaban de hacer algo grande en sus respectivas carreras, al lado de sus empobrecidas casas o viviendas?

Eso, y más en tiempo previo a las elecciones generales, como el que vivimos, lo hacen, en muchos casos, los opositores del Gobierno, quienes sin darse cuenta le hacen un favor a  éste. Y eso, porque después aparece un funcionario del Gobierno, entregándole una casita a ese atleta, y llevándose ese lauro ante la opinión pública.

Este Gobierno, y desde hace algún tiempo todos los gobiernos, destinan mucho dinero al deporte, por diferentes vías, cientos de millones de pesos anuales, sobre los cuales  podríamos analizar en un próximo comentario.

Esos millones de pesos resultan que en muchos casos están mal administrados por los dirigentes deportivos que están en  federaciones, asociaciones y quienes administran lo poco que llega a los clubes.

El gobierno, como auditor o supervisor de esos dineros tiene culpa o responsabilidad, ciertamente, por esa mala administración de los recursos del Estado que suministra al deporte.  Pero eso no es lo que venden sus opositores, entre quienes los hay malos administradores de esos fondos sobre los cuales aquí escribo.

Lo que se vende es que el Estado no hace nada por ayudar a esos grandes atletas dominicanos. Y eso no es verdad.

Lo primero es que queda establecido, de acuerdo a aquello que aquí comento, desde que son grandes atletas, desde que tienen grandes logros, pasan a ser “privilegiados” con unas atenciones, con las cuales ni mínimamente sueñan los otros atletas, en especial esos niños, adolescentes y jovencitos de los barrios, organizados en los clubes.

Y eso es así, porque el limitado pastel que se sirve al deporte nacional, es engullido, en su mayor parte, por el deporte de primera competición: dirigentes federados, entrenadores y atletas.

Esa es la verdad. Lo demás es morbo, panfleto y manipulación de la realidad.

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