miércoles, 27 de mayo de 2020

Camilo Nunca Llamó al Lobo

Por:Camilo Rijo Fulcar


“¡Un lobo! ¡Un lobo! - Decía Pepito”, hay una diferencia muy grande entre ser sarcástico, relajar mucho, ser amante del humor negro y hablar mentiras, hasta ahora ninguno de ustedes puede decir que soy un mentiroso, esto se refleja en algunos comentarios como “No te creo nada, es que tú relajas demasiado”, humorista si, pero mentiroso no. A esos muy pocos que no me creen porque relajo mucho, les recuerdo que estos reconocimientos que muestro aquí no me los dieron por relajar y que el motivo de mis relajos, de mi sentido del humor y de mi forma de hacer comedia es absolutamente noble, pues ha sido el una de las herramientas más poderosas que he usado para luchar contra mi mortal enfermedad: el cancer.

Desde el instante que supe mi diagnóstico, el 19 de Diciembre del 2016, decidí reírme de mi condición, de mi mismo, de las desgracias de la vida y sobre todo hacerlos reír a ustedes porque entendí que el estado de ánimo es vital para superar cualquier enfermedad catastrófica o situación caótica de la vida ¡Y heme aquí 4 años después! ¡Vivo! Luego de 4 líneas de tratamiento, 4 cirugías y en remisión, contra todo pronóstico y dejando a toda la comunidad científica del mundo sorprendidos ¿Que dicen los Oncólogos? Que es gracias a mi actitud y claro, gracias a todos los millones que se han gastado en mí para darme los tratamientos más avanzados del mundo, así que en lugar de dudar de mi testimonio, traté mejor de seguir mi ejemplo si quieren vivir.

Yo no seré el primer ni el último al que no le creerán, esto es normal en este tipo de casos, es un fenómeno bastante común que, lamentablemente es una de las razones por las cuales las víctimas callan, porque no les creen, muchas veces estas no aportan suficiente información para que no se les crea y se desestime su caso, pero yo te he dado lujo de detalles, un contexto histórico, he acusado personas, he dado la cara y he respondido todas las posibles preguntas que se me podrían formular para cuestionar mi testimonio ¿Que quieren ahora? ¿Que vea cara a cara a mi agresor y lo acuse mirándolo a los ojos? Tengo el valor para eso, y más que eso tengo hasta el valor de perdonarlo, porque conozco los beneficios que trae el perdón al alma.

Así que dejen de estar de estar de palomos que yo nunca he llamado al lobo.

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