Por: José Francisco Peña Guaba
En 6 días habrá elecciones organizadas en medio de una pandemia, lo que hace suponer que estará expuesta la población a la posibilidad del contagio del virus Covid 19. Tres bloques de alianzas se disputarán la supremacía en los niveles presidencial, de senadores y diputados.
Este accidentado proceso electoral pasará a la historia como uno de los más complejos, porque en apenas 9 meses los dominicanos fuimos convocados a las urnas en 4 ocasiones incluyendo las “suspendidas de febrero” con una alta posibilidad de que sean 5 si, como se espera, ninguna coalición logra en el nivel Presidencial la mayoría absoluta.
El país tienes 3 alternativas: la primera, la de la continuidad que representa el PLD con 5 gestiones presidenciales, la segunda opción es el cambio, que lo representa el PRM, en busca de destronar a los morados y sus 16 años consecutivos de gobierno y, en tercer lugar, la apuesta por la experiencia, por el camino seguro que encabeza la Fuerza del Pueblo.
Son 3 candidatos presidenciales muy diferentes en formas y propuestas. El pueblo ya puede juzgar lo positivo y negativo de cada uno con ello. Podrá definir a quien le dará su voto, tienen “targets” muy diferentes en el electorado, lo que hace suponer que los votos hacia cada uno vendrán de los electores que en términos sociales, educacionales y de edad más se identifiquen con la personalidad y propuestas del candidato
Después que se instituyó el sistema de mayoría absoluta con doble vuelta electoral solo hubo 2 ocasiones en las que las tres fuerzas con candidaturas presidenciales fueron a segunda vuelta: la primera en el 96, cuando el poder paró a Peña Gómez, de quien se sabía que tenía la posibilidad de obtener la mayoría de votos.
Pero las artimañas gubernamentales lograron dejarlo en 46% y luego, la unidad del PRSC y el PLD nos ganaron en percepción la 2da. vuelta; la segunda ocasión fue en el 2000, cuando Hipólito Mejía quedó a pocos votos de obtener el 50%, pero con el rechazo del Dr. Balaguer de apoyar al hoy Presidente Danilo Medina obligó al PLD a renunciar a ir a la 2da. vuelta electoral, lo que permitió declarar ganador al PRD.
Esta será la tercera en esta ocasión en la que, por razones atendibles, se intuye que habrá una 2da. vuelta electoral.
Es casi imposible que donde hay 3 bloques de partidos, con una apreciable cantidad de votos todas ellas, alguna obtenga en votos reales más del 50%, por más encuestas arregladas lo presenten así.
Hay un interés que se siente en una parte importante de la población que desea un “cambio”, lo que es innegable por el hartazgo que produce el PLD y su dilatada carrera al frente de la administración pública, pero habría que disminuir muchos puntos al gobierno, cosa muy difícil, para que el PRM gane en la primera cita comicial.
Igualmente, tendría que desplomarse la candidatura del expresidente Leonel Fernández para que la suma del PLD y la FP obtenga menos de un 49% ya que algún nivel de apoyo mínimo deberán tener las candidaturas independientes del Dr. Guillermo Moreno, de AlPais, del Dr. Ismael Reyes, del PDI y del Lic. Juan Cohen, del PNVC, apoyada por los ramfistas.
En el tramo final de las campañas se caldean los ánimos y se hacen pronunciamientos altisonantes, que llaman a radicalizar las bases de apoyos de las diferentes propuestas electorales. Cada uno de los bloques de alianza se están Jugando el todo por el todo.
Los peledeístas entienden que pudiesen ser perseguidos si bajan del Poder y su dirigencia tiene temor de parar en la cárcel, como ha ocurrido en otras ocasiones en nuestra historia reciente.
Los de la Fuerza del Pueblo si no quedan bien posicionados ponen en entredicho el liderazgo y el futuro inmediato de Leonel, mientras los perremeístas entienden que no aguantan más oposición, es un “ahora o nunca”, mostrándose dispuestos a incendiar la pradera, no sin justificación por el largo ejercicio peledeista en el poder.
El 5 de julio será la madre de las batallas. Esperamos que sea una fiesta de la democracia, en la que se respete la voluntad popular, la voluntad libérrima expresada en las urnas por el soberano, pero para ello es preciso que los candidatos presidenciales y el presidente en ejercicio, Danilo Medina, entiendan la gran responsabilidad que les toca.
La obligación de ser responsables para con la nación, no enturbiar las aguas mansas de la concordia y la paz, ese es su primer deber. Cualquier acto temerario, cualquier discurso incendiario, cualquier instrucción mal interpretada puede hacer colapsar la democracia nuestra.
Nuestros líderes deberán ser lo suficientemente racionales como para evitar una confrontación que arrase con la tranquilidad popular. Deben evitar, en los días faltantes, las amenazas, las presiones, el insulto soez pues al final somos todos dominicanos, aquí vivimos, aquí están nuestros seres queridos, pero sobre todo deben ser sensatos para evitar que sus militantes puedan provocar situaciones que después tengamos que lamentar, sobre todo en pérdida de vidas humanas.
El gobierno no debe abusar de su poder. Deben reconocer los límites del mismo y respetar los derechos de la oposición e igualmente, la oposición está en el deber de ser tolerante, de no amenazar al presidente y a sus funcionarios porque, asegúrenlo, reaccionarán mal y terminaremos peor.
La cúpula perremeista debe bajarle un poco de velocidad a su triunfalismo, porque deben saber que Danilo Medina, lo conozco, no es Don Antonio Guzmán (EPD). Si no se le confiere a él una salida digna, no le falta pantalones para actuar y provocar una crisis que ninguno queremos.
Danilo, Luis, Leonel y Gonzalo tienen en sus manos una responsabilidad histórica de fortalecer nuestra democracia, de evitar hechos lamentables, de llamar a la paz por encima de los intereses partidarios.
He visto algunos incontrolables azuzando a gladiadores a la refriega. Varios de ellos nunca han pisado ni la cárcel, ni las luchas de las calles ni el destierro. Los veo alegres pensando que esto es un partido de béisbol y nada más imprudente que pensarlo así.
Ellos son los garantes de la paz y nombre de este sufrido pueblo este simple ciudadano se los reclama. Creo expresarme por la mayoría de los que habitamos esta media isla, porque lo último que nos pasaría además de esta pandemia y sus secuelas, es que por la falta de tino, producto de la inexperiencia de algunos y de la prepotencia de otros, lleven esto a un callejón sin salida.
Solo piensen cómo actuó el Dr. José Francisco Peña Gómez en el 1994, que en vez de llamar a las calles llamó a rezar en las iglesias, consciente de que nadie debe llamar a derramar sangre ajena. Recuerden las palabras de Heródoto, historiador griego, cuando expresó: “Ningún hombre es tan tonto como para desear la guerra y no la paz; pues en la paz los hijos llevan a los padres a la tumba y en la guerra son los padres que llevan los hijos a la tumba.”