viernes, 19 de junio de 2020

Los militares de Abril, la deuda del PRD que pagó Leonel



Por: José Francisco Peña Guaba

Si de algo están orgullosos los perredeístas es de haber sido actores principales de la epopeya más digna del siglo XIX, de nuestra Nación y una de las más auténticas de nuestra América, la Revolución de Abril de 1965. El llamado a la misma lo hizo mi padre el 24 de abril, cuando anunció la asonada militar encabezada por el Capitán Peña Taveras, afirmando que se trataba de restituir los derechos conculcados de los perseguidos por el Triunvirato, gobierno de facto que sucedió al derrocamiento del gobierno constitucional del Profesor Juan Bosch.

Mi padre había conectado a civiles y militares, todos complotando para hacer estallar el gobierno despótico presidido por el Dr. Donald Reíd Cabral y restaurar el orden constitucional y el gobierno legítimo, que había sido derrocado.

Fueron miles de valientes civiles y militares quienes derrocaron al triunvirato, para tratar de traer de nuevo a Bosch al poder. La mayoría del liderazgo del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) estaba en el exilio, incluyendo, claro está, al propio Profesor Bosch.

A la sazón mi padre descollaba como la segunda figura de mayor liderazgo en el PRD. Como tal, le correspondió ser parte de la representación del partido blanco a la formación de la comisión creada a iniciativa de la Organización de Estados Americanos (OEA), que buscaba la reconciliación ente las partes después de más de 5 mil muertos de ambos bandos y concretada la segunda intervención militar norteamericana en Santo Domingo.

Durante las negociaciones que concluyeron con el acta de reconciliación y el acto institucional, mi padre, como dije, fue parte de los comisionados representativos del PRD. Me contó que en una ocasión, fue a ver a al coronel Caamaño por instrucciones de Bosch. Trataba de explicarle las razones por las que había que llegar a un acuerdo para terminar la guerra y Caamaño, en medio de las explicaciones, lo interrumpió para decirle: “Peña Gómez, la Política es más sucia que la bota yanqui.”

Aunque los acuerdos garantizaban los derechos de los militares enfrentados de ambos bandos, esa parte no se cumplió. Todos aquellos valerosos militares constitucionalistas fueron enviados al exilio, a causa de lo cual perdieron sus carreras en las diferentes ramas de las Fuerzas Armadas.

Fueron muchos los que abonaron la tierra dominicana con su sangre, en aras de que retornaran al poder el PRD y el Profesor Bosch. Esos militares constitucionalistas se convirtieron en la vanguardia del proceso revolucionario.

Sus acciones heroicas frente al ejército imperial americano fueron epopeyas que se escribieron con letras de oro en la historia dominicana, especialmente las hazañas de los hombres rana, el cuerpo élite de las Fuerzas Armadas comandado por el Coronel Manuel  Ramón Montes Arache.

Miles de militares se quedaron al lado del PRD, desde 1966 hasta el 1978. Una gran cantidad de estos se hicieron dirigentes del partido, otros regresaron al país después de la llegada al poder del Presidente Antonio Guzmán y también contribuyeron con la causa perredeista.

Ellos creyeron, como era natural, que al retornar el partido al poder ellos volverían a sus cuarteles o, por lo menos, que se les reconocerían sus años de servicio. Pese a toda la presión que hizo mi padre a los presidentes Antonio Guzmán y a Salvador Jorge Blanco para que se cumpliese con estos héroes, fuera por temor a la reaccionaria estructura militar imperante y fuera porque la clase política se acomodó a esas realidades, sea como fuere, lo cierto es que nunca se cumplió con la obligación legal de restituir a esos militares, verdaderos patriotas. A todos los traicionaron, como en parte también hicieron con mi padre.

La mayoría de esos militares constitucionalistas fueron peñagomistas de corazón, sabían que no era culpa del líder lo que ocurrió. El colmo fue que los presidentes perredeístas prefirieron designar al frente de las Fuerzas Armadas… a los militares contrarios, como los generales Valdez Hilario, Imbert Mac Gregor, Ramiro Matos y Cuervo Gómez.

Esa deuda solo fue saldada por el alto sentido histórico del Presidente Leonel Fernández, quien restituyó en sus derechos a estos valientes, muchos de los cuales habían fallecido ya. Mediante sendos decretos más de 700 militares constitucionalistas fueron reintegrados, ascendidos al rango que les tocaría por los años servidos y puestos en retiro, con todas las prerrogativas del rango, para que al menos disfrutaran de ese reconocimiento al sacrificio por la patria durante lo que les quedara de vida. Hizo más: fue Leonel quien les reconoció 35 sueldos acumulados como bono por retiro.

Leonel es un estadista de cuerpo entero. Lo hizo a sabiendas de que la mayoría de ellos eran perredeístas y eso no le importó. Sabía que estaba haciendo lo correcto, que él Estado solo les devolvía migajas a esos patriotas, que entregaron sus vidas a una causa que no era la de su partido aunque se hizo a favor de su líder, por gente que con gallardía espartana había enfrentado al ejército imperial más grande de toda la historia.

Para este logro el Presidente Fernández se auxilió de la Fundación de Militares Constitucionalistas del 24 de Abril de 1965, que preside hasta hoy el Lic. Andrés Fortunato, que durante la guerra era un mozalbete, cadete de 1er. año pero que, como la mayoría de sus compañeros, con el impulso de la juventud supo ganarse los galones de gloria que a todos les guardó la historia.

Así pagó Leonel la histórica adeuda del PRD. 

Ese partido, el Revolucionario Dominicano y su membresía cargan como si fuera su “karma” su falta de solidaridad y cumplimiento con la deuda de sangre que tienen con tantos muertos. Esos son algunos de los grandes y graves errores del PRD (viejo y nuevo), que se hizo grande con los de abajo y estando en el poder sirvieron a los de arriba.

Mientras miles y miles de perredeístas lo dieron todo por ese partido, por la conquista de la democracia, pusieron su pecho como escudo para defender a sus principales líderes y después, llenos de miseria y de hambre, vieron como en sus gobiernos les dieron la espalda. En la mayoría de los casos solo se beneficiaron de los gobiernos perredeístas, oportunistas y enemigos.

Razones cómo estás hacen que personas como el que esto escribe esté con Leonel, porque es más confiable en su proceder que la mayoría de los perredeístas. Díganme, ¿quién se atrevió, siendo Presidente de la República por el PRD, a actuar con independencia frente a los dictados del Norte? ¿Quién votó contra Estados Unidos en la OEA y en la ONU? ¿Quién se mostró a favor de causas revolucionarias? ¡Leonel!

¿Quién trajo dos veces a “El Comandante” Fidel Castro y restableció las relaciones con Cuba? ¡Leonel! El sí es coherente, no como la amplia mayoría de los viejos y nuevos perredeístas, incluyendo a los de las nuevas siglas, que siguen siendo, “de izquierda, abajo en la oposición, de Derecha, cuando están arriba, en el gobierno.

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