Por:Andrés Travieso
Un jovencito de nacionalidad haitiana vino en una bicicleta desde el barrio Libertador de Herrera hasta mi oficina (Grupo Anlo, Bo. Duarte).
Llegó con muchos sudores, pues el sol de las dos de la tarde lo atacó inmisericordemente.
—Abogado, vine a pedirle que me ayude a estudiar—, me dijo.
—Vivo cerca de la escuela El Católico y mi último curso fue quinto—, agregó.
Confieso que su actitud me conmovió el corazón.
¡La próxima semana estará estudiando!
FUNVE RD
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