Por: Ezequiel López*
Para poder entender la historia tenemos que ir al inicio. El déficit que presenta la institución de la Policía Nacional proviene desde los gobiernos de Rafael Leónidas Trujillo, quien fue el creador de este cuerpo especializado en (la protección de la ciudadanía) y Joaquin Balaguer.
En los primeros periodos de estos gobiernos se implementaron algunos mecanismos para evitar que los dominicanos desconfiaran del cuerpo del orden, pero estos planes fueron inconsistentes producto a el miedo y el pánico que estos ocasionaban cada vez que veían una patrulla policial parada en un lugar oscuro o en un retén.
Ha pasado mucho tiempo y la situación se mantiene igual o peor. Una reforma policial no pondrá el fin al mal funcionamiento de esta institución, puesto a que es una problemática integral del ciudadano que tiene la intención de pertenecer a dicho organismo.
Es obvio que antes del ciudadano ser policía, primero es sociedad y es en esta sociedad donde radica el verdadero embolado. Las desigualdades y las necesidades que envuelven el gran grueso social de nuestro país: son el principal foco que motiva a los jóvenes, a crear ideas macabras.
Los requisitos para ser miembro de la Policía Nacional son los siguientes: Tener entre 18 y 25 años, ser bachiller, fotos ( 2 de frente y 2 de perfil ) (2×2); aprobar las evaluaciones médicas, oftalmológicas, aprobar las pruebas psicológicas, no contar con antecedentes penales, y contar mínimo con una estatura 5’6 para hombre y 5’5 para mujer.
Dependiendo de la actitud y aptitud estos son los pasos para que un ciudadano posee un arma de fuego en su cintura en República Dominicana. ¿Creen ustedes que con estos requisitos podemos entregarle a nuestra sociedad un ente con la capacidad de proteger la ciudadanía?
Actualmente muchos jóvenes que viven en los lugares recónditos de nuestro país ven como oportunidad; la débil exigencia para convertirse en policía, y poseer un arma de fuego. Ser bachiller es un nivel muy bajo para enfilar a un joven a esta institución, este nivel académico no le auspicia la capacidad necesaria a ese ciudadano que aspira ha proteger.
Los hechos le confieren la razón al deterioro social. A diario vemos el involucramiento de miembro jóvenes de la Policía Nacional envueltos en actos delictivos como: robos, atraco, ajusticiamiento, secuestro etc.
Creo que la educación debe ser continua para todo aquel que quiera ser policía en nuestro país; debe ser mancomunado el ejercicio físico con el de desarrollo educacional. Propongo una Escuela Policial de Educación Superior, y el pago justo de este personal.
*Abogado y dirigente de la Fuerza del Pueblo
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