Por: Ramón Tejeda Holguin
Lo nuevo, como metáfora de algo mejor, no es, pero clama por ser.
Lo nuevo y lo viejo se juntan, se separan, se igualan, se diferencian y no hay garantías de que lo nuevo y lo viejo se encuentren en estado puro en los partidos o en las organizaciones civiles.
El caudillismo, el autoritarismo y el clientelismo son ubicuos, se acomodan y son difíciles de vencer.
Lo nuevo y lo viejo están en todas partes, tanto en las organizaciones de la sociedad civil como en los partidos políticos.
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